El cáncer de vejiga es un tumor de tipo maligno que afecta a la vejiga. Se trata de uno de los canceres que afectan al aparato urológico más común.
En los últimos tiempos la incidencia del cáncer de vejiga está aumentando considerablemente en los países occidentales. De entre todos los canceres, el de vejiga es el sexto más frecuente. Su incidencia es mayor en los hombres que en las mujeres, sobre todo en hombres mayores de 60 años. Como ya dijimos, la incidencia del cáncer de vejiga está aumentando en los países occidentales y desarrollados, ya que el cáncer tiene una mayor presencia en zonas urbanas.
Causas y Factores de Riesgo
No existe una causa determinada que provoque la aparición del cáncer de vejiga, pero si existen un número de factores que hace más posible la aparición del tumor. Uno de estos principales factores de riesgo es el fumar, de hecho, se le considera uno de los principales. Los fumadores son el grupo de riesgo que tiene una mayor posibilidad de padecer cáncer de vejiga. Esto se debe a que las sustancia cancerígenas que desprende el tabaco son filtradas por los riñones y concentradas en la orina.
Otro factor de riesgo, son determinadas ocupaciones. Por ejemplo, aquellas personas que trabajan en sitios donde pueden estar expuestos a sustancias cancerígenas, como la industria del metal, fábrica de pieles, empresas químicas, etc.
Otros factores pueden ser el abuso de algunos medicamentos, como los analgésicos, consumo excesivo de cafeína o de alcohol, la cistitis crónica, etc.
Síntomas del cáncer de vejiga
Los primeros síntomas del cáncer de vejiga están relacionados con problemas de tipo urinario, como la hematuria o la disuria, aunque estas pueden ser síntomas de otros problemas. De hecho, muchos de los síntomas del cáncer de vejiga pueden ser confundidos con la cistitis. Otro síntoma puede ser el dolor al orinar o el tener ganas de orinar pero no poder hacerlo.
Diagnóstico y Tratamiento
Debido a que los síntomas del cáncer de vejiga pueden ser confundidos con otros problemas, como la cistitis, se requiere de una serie de pruebas para diagnosticar la presencia del cáncer. Entre estas pruebas, están el tacto rectal o vaginal, análisis de orina o una cistoscopia.
El tratamiento a realizar dependerá del estadio o fase de avance en la que se encuentre el tumor. En aquellos casos más superficiales, se procederá a la extirpación del tumor y del tejido afectado, así como la aplicación de quimioterapia para evitar que el tumor vuelva a aparecer. En los casos más graves, se procede a realizar una cistectomía, un procedimiento para la extirpación parcial o total de la vejiga. También se utiliza la quimioterapia, tanto antes de la operación para reducir el tamaño del tumor, como después.